Empezó la noche, con su ritmo normal, mi plan era quedarme en casa a ver una peli... yo no tenía ganas de salir y tu me invitaste a bailar.
Me puse mi mejor vestido, me puse mi rimel mas caro y un rojo carmín en los labios para destacar, me calcé los zapatos que me regalaron en navidad ya solo faltaba la caja de cigarrillos y el móvil...¿Dónde lo había puesto?..mm..mm..eh...¡Ah ya! lo puse en la mesa del salón.
Bajé las escaleras con cuidado y ahí estabas tu.
Eramos tú y yo, yo y tú dos almas perdidas en un bar, realmente no queríamos estar allí pero tu me invitaste por compromiso y yo acepté por educación.
Parecíamos dos extraños ocupando las pistas de baile...yo no tenía ganas de bailar y tú simplemente no bailabas.
Decidimos sentarnos y pedirnos algo de beber donde ahogar esa situación tan extraña, me di la vuelta un momento y observé como la pista de baile se llenaba cada vez mas y mas ahí ya no cabía ni un alfiler, volví a fijar mis ojos en la copa y al mirar hacia el lado observe que no estabas.
Simplemente me dio igual seguí bebiendo total no tenia nada que hacer, de repente una mano se posó en mi cintura y pensé: -Ya esta aquí este...- pero no, no era él era otro...Una persona que no había visto en mi vida...Un chico moreno alto y de ojos claros poco mas pude observar, cuando me pregunto:
-¿Vienes sola?
-Sí, ahora si estoy sola.
-¿Y no crees que has bebido demasiado?
-No es por ser borde, ¿pero que te importa lo que yo haga? ¿nos conocemos? no verdad....
-Es cierto, encantado soy Jhon.
-Bien, yo soy...
-Tú eres la princesa que llevo buscando hace tiempo.
-¿Perdona?
-Es que llevo toda la noche observándote y ahora creo en el amor a primera vista ¿te apetece bailar?
-No gracias.
-Veo que eres difícil, haber que tengo hacer para convencerte...
-Nada mira un placer, adios Jhon nos vemos.
Abandoné el local un poco alucinada por el plantón y por ese tal Jhon.
Eran las cinco de la mañana y hacía mucho frío en la calle y tambien me estaba subiendo los efectos del alcohol, empezaba a ver doble y a sentirme mareada cuando una voz dice:
-¿Quieres que te acompañe?-Volví la vista y como no... era Jhon el pesado del bar, pero realmente me sentía un poco rara y un poco sola así que le dije que sí.
Jhon no paro de hablar en todo el camino y de hacerme muchas preguntas, yo no dije nada ni respondí nada, cuando llegamos a mi portal me dio un beso en la mejilla y se fue sin mas, no se porque lo agarre de la camisa y lo bese..como nunca había besado a nadie.
Subimos a mi casa tomamos una copa, dos, tres, cuatro hasta que nos dieron las siete de la mañana...dejamos ahí el tema no voy a entrar en detalles solo digo que horas despues Jhon desapareció de mi vida para siempre sin dejar rastro y a la mañana siguiente pegote de rimel en la copa, en la mano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario